Por Katty Elizabeth Pérez Imaicela, grupo de investigación SAK-AMAZONÍA: Educación, interculturalidad, innovación y transformación social
El modelo híbrido debe ser guiado por modelos emergentes que acompañen el aprendizaje significativo. A medida que las políticas permitan ir abriendo las escuelas, los colegios y las universidades, se espera una transformación digital que adopte la educación híbrida como un requerimiento. Este cambio se asocia, además, a la innovación, aunque se aclara que se trata de dos conceptos diferentes que a continuación vamos a tratar.
Cuando se habla de cambio, se habla de transición o transformación de un estado inicial a otro, mientras que la innovación, intencionalmente, busca una mejora a ello. Es como el famoso dicho de que toda innovación implica un cambio, pero no cualquier cambio es innovación. Entonces, el modelo híbrido es un cambio que permitirá mejorar procesos educativos en relación a la innovación, pero, ¿la nueva modalidad se refiere a un cambio o se refiere a innovación?
Una mirada desde el cambio es que la situación causada por el COVID-19 fue nueva para el mundo entero y, si acaso, peor aún en el ámbito educativo. Las escuelas, los colegios y las universidades, concebidos para un espacio físico, cerraron y se trasladaron al hogar. Esta transición fue momentánea y el sistema educativo tuvo que desarrollar una enseñanza remota de emergencia, por la alta demanda del aprendizaje a distancia. Además, el cambio fue para toda la comunidad educativa: tanto docentes, como padres y estudiantes tuvieron que flexibilizarse con nuevas dinámicas de comunicación.
El rol que desempeñaron y aún desempeñan los padres de familia fue otro de los cambios de una enseñanza remota en la que los padres tienen el protagonismo en el aprendizaje de sus hijos. Estos cambios, de una u otra forma, llevaron a nuevas formas de comunicación; por eso, pensando en un modelo de educación híbrida, podemos hablar de innovación.
Una mirada de innovación en el sistema educativo depende mucho de los contextos en los que se encuentran inmersos estudiantes, padres y docentes. En nuestro país, pocas regiones cuentan con excelente conectividad y herramientas digitales para el apoyo en el proceso de enseñanza en el contexto educativo. En otras palabras, ahora, frente a esa brecha digital, se hace un esfuerzo significativo para llegar a aquellos sectores donde no funcionaba ni el internet ni se contaba con herramientas tecnológicas. Entonces, es por eso que hablamos de innovación, un cambio intencional a la educación tradicional, que no se apoyaba en las tecnologías y en la que quizá estaba en un segundo plano hablar de ellas, así como en las que pocos la usaban para impartir sus clases. Ahora, no obstante, podemos pensar que este cambio fue un mal necesario que tuvo que pasar, un cambio que ha permitido que, al estar en esta nueva realidad, innovemos.
El modelo híbrido es un cambio que fue producto de “algo”, pero, al igual que el COVID-19, llegó para quedarse. Ahora la innovación es un nuevo rol en el que se debe trabajar; es otro momento, son otros modelos, este es el mundo de las nuevas tecnologías que se retoman con fuerza y que servirán para que obligar a muchos al cambio.