El uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en época del coronavirus ha provocado gran incertidumbre, poniendo de manifiesto la importancia que estas tienen en la sociedad actual y sobre todo en el ámbito educativo. Además, destacando la necesaria formación del docente en el uso pedagógico de herramientas, plataformas y recursos educativos digitales alineados al cumplimiento de objetivos, destrezas, contenidos, estrategias y tipos de evaluación.
Desde esta perspectiva, se hace imprescindible que el docente del siglo XXI desarrolle competencias digitales que le permitan atender a las necesidades y requerimientos de sus estudiantes, pero sobre todo reflexionar y replantear que la integración de las TIC va más allá de su uso instrumental dentro de los procesos de enseñanza aprendizaje porque de lo que se trata es de tomar decisiones de tipo tecnológico, pedagógico y curricular. Efectivamente, la incorporación de las TIC debe surgir de las siguientes interrogantes: ¿Qué objetivo educativo quiero alcanzar? ¿Qué contenido quiero impartir? ¿Qué recurso educativo digital voy a emplear? ¿cómo voy a emplear el recurso educativo digital? ¿El recurso educativo digital me va a permitir evaluar los conocimientos? En otras palabras, hay que otorgarle un sentido y un significado pedagógico a su uso, es decir, que se empleen con un fin educativo.
Por tanto, el docente debe emplear de forma efectiva las TIC en pro de los procesos de enseñanza y aprendizaje, para crear ambientes de aprendizaje dinámicos, interactivos y flexibles enriquecidos con tecnología, que posibiliten la socialización de experiencias y buenas prácticas educativas, de tal forma que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de aprender desde las TIC y adquieran competencias a través de ellas.
Desde esta perspectiva, para construir ambientes de aprendizaje enriquecidos en tecnología se requiere de cuatro aspectos que funcionan de forma articulada: el currículo, la pedagogía, los recursos educativos digitales y la formación docente. Cada uno de estos aspectos incidirá de forma directa sobre los procesos de enseñanza aprendizaje, permitiendo transformaciones educativas y convirtiendo a las TIC en instrumentos mediadores para el intercambio de experiencias y la interacción entre docentes, estudiantes, contenidos educativos y el entorno para afrontar las realidades de cada contexto.
Autora: Johanna Garrido
Docente – Investigadora UNAE
Licenciada en Ciencias de la Educación. Magíster en Utilización Pedagógica de las TIC (Leiria- Portugal). Doctoranda en la Universidad de las Islas Baleares. Email: johanna.garrido@unae.edu.ec