Existen varios mitos sobre la violencia en el aula, -el mito es la narrativa singular que no puede ni quiere ser reflexionada-. Algunos de ellos son:
- El mito del sensacionalismo. La violencia es solo aquello que causa estupor y angustia. Es un performance, por eso puede ser adaptada al espectáculo. Este tipo de violencia oculta la violencia cotidiana y simbólica. Además este mito garantiza nuestra inocencia.
- El mito de castigar para aprender. Sin autoridad no se puede educar, dice el discurso patriarcal. Claude Levy Strauss decía que el progreso no era posible sin el recurso de la violencia. Nadie ha pasado por la educación sin recibir mínimamente un coscorrón. No es por tanto extraño que el colonialismo haya usado a la educación como su arma de adoctrinamiento preferida.
- El mito de la disyunción entre exterioridad e interioridad. El acto violento puede llevarnos a creer que hay violencias sin violentos, o que hay violentos sin violencias. Algunos discursos sociológicos colocan como responsables de los actos violentos a causas estructurales, incluso algunos discursos psicológicos pueden hacer del sujeto alguien irresponsable. De igual manera, los actos violentos pueden tener solo sujetos violentos, sin ningún tipo de relacionamiento con el exterior, la ley y la moral. Así, lo que pasa en la escuela no se vincula con la tradición, y la familia suele aparecer con un lugar inmaculado.
- El mito del ignorante. Sócrates pensaba que quien conocía no podía elegir el mal. La cultura occidental se construyó bajo este presupuesto. Sin embargo, una de las culturas más educadas del mundo fue capaz del Holocausto. Las guerras las suelen hacer los países con mayores niveles de educación.
- El mito fatalista del destino. Hay culturas o personas más propensas a la violencia que otras. Muchos de estos prejuicios son racistas, regionalistas y xenófobos. Tal fatalismo proviene de la psicología de los dones. Así, existen personas, grupos, pueblos, condenados desde antes, y después del acto educativo.
- El mito de la violencia como un acto cerrado. El acto violento está unido al magnetismo de la provocación. Por el contrario, pedagógicamente debemos entender a la violencia como un lenguaje. ¿Qué nos quieren decir cada uno de los tipos de violencias? 7) El mito de la indistinción. Nos es lo mismo el lenguaje soez hacia las mujeres que hacia los hombres, porque en nuestras sociedades patriarcales, el señalamiento de macho es bien visto. No todas las violencias son iguales, por eso las
tenemos que distinguir y contextualizar. Quizás para nosotros los educadores, el acto del reconocimiento, el respeto y la paz
sea una pura eventualidad, sin embargo es lo único que merece ser vivido.
Por: Freddy Javier Álvarez González