Por Lucia Torres Muros y Jose Manuel Sánchez Robles
Lucía Torres Muros y José Manuel Sánchez Robles son biólogos de formación. Ambos realizaron sus tesis doctorales en el ámbito de las ciencias biológicas y sobre temas ligados a la conservación ambiental, en la Universidad de Granada y en la Universidad de Sevilla, respectivamente. Lucía trabajó estudiando el efecto del cambio climático en la principal plaga forestal de la región mediterránea. Y José trabajó realizando estudios de conservación de una especie endémica y relicta de abeto presente en el Mediterráneo, el pinsapo (Abies pinsapo Boiss). Ambos se consideran naturalistas y amantes del medio ambiente y han disfrutado siempre del entorno natural, mostrando curiosidad y pasión tanto por conocerlo como por protegerlo, realizando maestrías en temas relacionados con la conservación de especies amenazadas y con la gestión de espacios naturales protegidos (Universidad de Alicante y Universidad Autónoma de Madrid). Y ambos también trabajaron como divulgadores científicos antes de su llegada a la Universidad Nacional de Educación (UNAE), en un Museo de ciencia interactiva, el Parque de las Ciencias de Granada.
En el ámbito de la ecología y la genética de la conservación, tienen publicaciones de alto impacto, en JCR de primera línea, gracias al trabajo y a las conexiones generadas en años anteriores. Fue en 2017 cuando ambos deciden dar un giro a su carrera, dedicándose, desde entonces, de lleno a la educación. En ese momento, se les presenta la oportunidad de comenzar a vincular esa pasión por el medio natural con la necesidad sobre la que tantas veces habían reflexionado: la de generar puentes robustos entre ciencia y sociedad para poder alcanzar la educación para la sostenibilidad y la educación científica que el momento actual requiere a nivel planetario.
Comienzan, así, su trabajo en la UNAE, específicamente en el área de la didáctica de las ciencias experimentales, desempeñando su docencia dentro de la carrera de Educación en Ciencias Experimentales (ECE), con la que han colaborado desde antes de su creación. A nivel de investigación, desarrollan proyectos relacionados con la innovación educativa y con el aprendizaje activo en ciencias experimentales, así como con la educación para la sostenibilidad. También desarrollan formaciones docentes ligadas a estos ámbitos, tanto en Ecuador continental (Azogues y Cuenca) como en las islas Galápagos, donde viven durante un año, trabajando en el ámbito de la educación para la sostenibilidad.
Ellos son los investigadores principales (IP) de uno de los proyectos de investigación que está en vigor en la UNAE, titulado “Educación para la sostenibilidad ambiental: aplicación piloto de la metodología LORET en el Ecuador” (código VIP-UNAE-2017-006). En este proyecto colaboran otros investigadores de la UNAE como Madelín Rodríguez Rensoli, Luis Enrique Hernández Amaro, Lucas Achig Balarezo y Ana Mari Pimentel Garriga. También hay dos estudiantes de pregrado vinculados a este proyecto: Lady Adriana Carrión Balarezo y Omar Enrique Armijos Romero, ambos estudiantes de octavo ciclo de la carrera de ECE. Como colaboradores externos están la Dra. Katrien Van Poeck y el Dr. Leif Östman, investigadores de la Universidad de Gante y de la Universidad de Upsala respectivamente, ambos estrechamente vinculados a la metodología LORET. Además, como entidad colaboradora del proyecto se encuentra la VVOB-Ecuador.
Participantes del taller LORET organizado en el marco del Proyecto en el Campus matriz de la UNAE, facilitado por los investigadores colaboradores externos del proyecto. Asistieron los investigadores del proyecto, compañeras de la VVOB-Ecuador, actores externos relacionados con la comunidad de Chuquipata y docentes de la UNAE interesados en conocer la metodología.
Taller LORET desarrollado en la UEM Paigüara (Gualaceo)
En el marco de este proyecto se ha podido desarrollar una investigación a través de metodologías participativas, donde se han abordado problemáticas socio-ambientales reales que existen en el contexto de diferentes instituciones educativas de Azogues y Cuenca. Todo ello con el fin de fomentar la educación para la sostenibilidad y la generación de proyectos y actividades interdisciplinares conectadas al contexto educativo de cada institución. El desarrollo de la aplicación de la metodología LORET (por sus siglas en inglés: “Local RElevant Teachig”) en Ecuador supone una innovación a nivel latinoamericano, ya que es la primera vez que se aplica en dicho territorio.
La metodología LORET fue inventada por Leif Östman y Staffan Svanberg en 2004, mientras trabajaban en un proyecto sobre educación para el desarrollo sostenible en Mongolia. Durante el desarrollo de dicho proyecto y en conversación con el Viceministro de Educación de este país, surgió el interés de que la educación para el desarrollo sostenible se convirtiese en un detonante para estimular el logro de los objetivos del plan de estudios, pero también para abordar los desafíos socioambientales presentes en las comunidades locales. Por lo tanto, el equilibrio entre el compromiso con los problemas sociales y las metas y los objetivos pedagógicos e institucionales se convirtió en el principio rector de la metodología LORET. Desde entonces y a través del trabajo realizado en Mongolia, así como más tarde en muchos otros países (Kenia, Canadá, Bélgica, Suecia, etc.), LORET se ha ido desarrollando y perfeccionando continuamente. Muchas de estas experiencias LORET están plasmadas en el libro Desde la visión hasta el aula: Educación para el desarrollo sostenible en la práctica (Östman, Van Poeck, y Öhman, 2013).
Dinámica en taller LORET en la UEM Paigüara (Gualaceo)
LORET es una metodología que introduce a distintos actores de una comunidad educativa (no solo a docentes) en la llamada educación o el aprendizaje basado en desafíos (“Challenge Based Education” o “Challenge Based Learning”). Esta metodología está diseñada bajo un enfoque basado en la toma de decisiones y realización de planes didácticos que involucran a los estudiantes en investigaciones educativas sobre problemáticas socioambientales de interés (y preocupación) que afectan a su contexto más cercano y que, por tanto, son reales y concretas para ellos. Mediante la metodología LORET, los estudiantes trabajan con problemas del mundo real en el aula, lo cual ofrece oportunidades pedagógicas únicas, a la vez de fomentar posibles soluciones para dichas problemáticas, que pueden materializarse gracias a la implicación no solo de docentes y estudiantes, sino de otros miembros de la comunidad donde está ubicada la unidad educativa.
LORET no solo ofrece a los estudiantes la oportunidad de adquirir conocimientos y habilidades específicas; también fomenta la creatividad y la oportunidad de generar experiencias que dan espacio a la involucración y al compromiso, mediante el fomento de la comprensión y del entendimiento de problemáticas o situaciones socio-ambientales que son reales y cercanas a ellos y que pueden conectarse con procesos globales, además de generar puentes entre las instituciones educativas y los diferentes actores de su comunidad afectados por el mismo contexto ambiental.
Detalle de la preparación de los talleres LORET en escuelas
Esta metodología también fue aplicada a través de este proyecto de investigación de la UNAE por primera vez en un contexto de educación superior. Así, en la UNAE, los integrantes del proyecto participaron en talleres donde se dio a conocer la metodología de la mano de uno de sus creadores, Leif Östman, y de una experta en su implementación, Katrien Van Poeck. Estos talleres, que fueron inaugurados con una charla magistral titulada “Environmental and sustainability education: the importance of locally relevant teaching” y dirigida a toda la comunidad de la UNAE, fueron el punto de partida de la aplicación de esta metodología en la propia universidad (específicamente en las carreas de Educación Básica, Educación en Ciencias Experimentales y Educación Especial), así como de posteriores implementaciones en otros ámbitos, como por ejemplo en Educación General Básica superior y Bachillerato General Unificado en la Unidad Educativa del Milenio Paigüara (parroquia de San Juan, Gualaceo, Azuay) y en la Unidad Educativa Alfonso Carrión Heredia (parroquia de Baños, Cuenca, Azuay). En toda esta experiencia, tanto Östman como Van Poeck ejercieron de guías y coordinadores del proceso.
Conferencia de Katrien Van Poeck para la comunidad universitaria de la UNAE
Ponencia de Leif Östman en la UNAE
Al término de la ponencia se dio comienzo al taller LORET en sí, donde los participantes, durante su desarrollo, pudieron identificar y plantear problemas socio-ambientales presentes en la comunidad local de Chuquipata, a la vez que experimentar dinámicas de enseñanza-aprendizaje basadas en el aprendizaje activo, de gran utilidad para tratar la temática de la sostenibilidad.
Durante un año y medio se aplicó la metodología y se recolectó datos sobre esta aplicación en los diferentes niveles, además de que se desarrolló materiales para la evaluación del proceso que están dando pie a diferentes publicaciones en el marco del proyecto. Los avances sobre las experiencias LORET en Ecuador serán publicados próximamente en un libro coeditado entre la Editorial UNAE y VVOB que se titula Educando para la sostenibilidad. Creando puentes entre aula, ambiente y sociedad a través de la metodología LORET en Ecuador. De esta obra esperamos poder compartir más información en los próximos meses, ya que tendremos diferentes actividades vinculadas a su difusión a nivel nacional. Por ahora, podemos anunciar que esta publicación se contempla como un libro práctico, donde no solo se cuenten las experiencias de la aplicación de LORET en diferentes espacios de Ecuador, sino que además sirva de herramienta para la aplicación de la metodología en otros contextos educativos ecuatorianos y latinoamericanos.